A Laura le duele el pecho. Se afeita la teta y sale a la calle imitando a Marley. Se encuentra a Romina, la falsa berreta, que la invita a caminar. Se ríen de nada, hablando del pene de Gustavo y su tamaño inferior. Emerge Rogelia y el trío se sienta a esperar el colectivo. Qué risa les causa el abeto de enfrente.
Rogelia se enoja. Hablaron de Cristo y no le gustó. "Chupate una pija"; se escucha en el aire. La soledad del suburbio provoca los ecos:"Una pija...napij...napij..." Sale corriendo y no llega lejos. Para un auto y la secuestran.
Laura y Romina se besan. Se tocan eróticamente. Pierden el colectivo pero un enano les saca una foto. Sufre dislexia y se llama Emanuel. Les da la mano y, rengueando, se sienta. Les cuenta, cámara en mano, lo jodido que es el Tetris y el trauma que este juego le ha traido. Sus hijos son Down, pero igual es felíz.
Sangre en la calle provoca sus gritos. Enano incluído. Frente a la incredulidad de sus ojos, Sergio Denis flota en pelotas tirándose pedos. Justamente son éstos los que propulsan los chiflidos de su ano hasta lograr cierto tipo de equilibrio entre el tiempo y el aire. Ninguno se mira. Intentan comprender el porqué de la situación, hasta que Tribilín aparece y se lo lleva de la cancha.
Llega Gustavo. Aquel personaje del miembro ínfimo pero prometedor. Romina pone cara de Teto Medina y le dice Hola, guiñándole el ojo.
Gustavo es fachero, y muy bien lo sabe. El brillo de su pelada actúa perfectamente como un espejo cuando ella lo necesita para sacarse la comida de los dientes. Empieza a bailar. Laura comenta su teta peluda y todos se ríen. Menos ella. Trota a su casa agarrándose el pubis.
Vuelven a ser tres. El petiso, Gustavo y Romina, que ahora parece sumergida en confusión.


El hombre diminuto toma otra foto.